La autora Olga Lengyel relata
su propia historia, sus propias experiencias en Auschwitz-Birkenau creado por
los nazis donde ella misma relata lo hecho ahí. Es una narrativa
cruda y cruel, desgarradora hasta la médula, que hace preguntarse al lector,
¿Qué somos ángeles o demonios? Y caer en consideraciones de que "si somos
hechos a imagen y semejanza de Dios, qué ocurrió con la bondad del ser humano,
con respecto a sus semejantes?"
Todo inicia por
el año de 1944, casi cinco años después de que Hitler invadió Polonia. Se
contaba que los alemanes nunca usaban las palabras asesinato o muerte por gas,
simplemente usaban términos como “Tratamiento especial, recuperación,
liquidación, experimentación, solución final”, la cual cada una tenía un significado
realmente horrible. Tenía una familia completa hasta que un hecho trágico
ocurrió y ella sabía que estaba por venir; ella recibe una noticia de que su
esposo es deportado hacia Alemania, ella al recibir esa notica su pensamiento
inmediato fue que en Alemania casi no hay médicos su esposo sería uno.
La llegada
Cuando llegaron ellos esperaban ser sacados del vagón sin más
demoras, pero tenían que pasar todavía la octava noche en el vagón. Por fin
amaneció pálidamente el día y se oyó la orden seca y pretoria: ¡salgan!
Las mujeres fueron colocadas a un lado y los hombres al otro de 5
en fondo y al salir del vagón a los niños y a los ancianos se les mando a que
se formaran a la izquierda. Y después la doctora se enteró de que su madre
estaban condenados a morir. La carretera
estaba bien reparada. Era a principios de mayo y una brisa fresca nos traía un olor peculiar y dulzón,
muy parecido a la carne que se quema aunque no lo identificábamos como tal. Aunque nos recibió a nuestra
llegada. Olga percibió ese olor aunque con el paso del tiempo se fue dando
cuenta que era el olor del resultado de los trágicos experimentos realizados
por los alemanes.
Aquel fue el momento por el
cual suele lamentarse siempre, el haber dicho que su hijo y su mama no podían
realizar trabajos duros y fue así como más adelante se dio cuenta de lo
ocurrido a ellos, aunque siempre tuvo esperanzas hasta que las pierde.
La barraca 26
Llegaron al recinto destinado dándose cuenta que los
alambres que las rodeaban estaban cargados por energía eléctrica. Habia
lagrimas por todas partes pero ella sabía que su nuevo hogar seria “La barraca
26”.
Las primeras impresiones
Olga después al ser asignada a su koia recibe una taza de
“café” aunque siempre se cuestionó si en verdad lo era y porque el olor y el
color, pero la realidad era que después de ser asignada a su koia eso sería su
pan de cada día como solía llamar a aquello con lo que pudo sobrevivir.
Redacción después de ser víctima hasta su
liberación:
Llamada a la lista y a las selecciones
Olga sabía que a menudo hacían llamadas
seleccionando personas para mandarlos al crematorio pero sin embargo ignoraba
esas llamadas que había posibilidad de que ella estuviera entre una de
aquellas.
Ella relata lo siguiente: En nuestro campo de concentración había unas cuantas
internadas muy jóvenes y muchachas prácticamente niñas. Se les obligaba a
presentarse a las formaciones. Los alemanes les permitían vivir un poco y
aquellas chiquillas de trece o catorce años compartían todas las penalidades de
la vida del campo. Pero sin embargo podían considerarse como privilegiadas en
comparación con las niñas judías de la misma edad que eran inmediatamente
mandadas a las cámaras de gas.
Para ella aquellas niñas
eran privilegiadas por el hecho de que tuvo que pasar por tan malos momentos,
sin comer, golpizas, enfermedades, pero sin embargo ella se mantenía viva, con
la ilusión de poder salir de los campos y así ocurrido.
Olga aprovecho en varios momentos “libres” para hacer
unas cuantas excursiones para así saber un poco de las organizaciones nazis,
tuvo momentos de soledad, no por estar sola físicamente pero todavía sentía la
culpa de que su familia fuera exterminada. Llega a la conclusión de que para
poder seguir viviendo tenían que llegar a hacer cosas que nunca habían hecho;
robar, pelear, discutir, escapar, mentir y resistirse a esas condiciones de
vida.
No tiene fuerzas para seguir pero aun así lo hace…ahora
si fue condenada a muerte pero por azares del destino siguió viva, la nombraron
miembro del personal de enfermería ¡Una nueva razón para vivir!, claro que lo
fue por que supo que por decirlo así recibiría unos cuantos beneficios, por
ejemplo el de ya no vivir en esa koia, tuvo un traslado que a las condiciones
de vida que ella tenía no era favorable pero lo único que les quedaba ya que
solo debían obedecer era adoptar ese lugar y tratar de seguir adelante como
muchos intentaban pero no para todos fue posible.
Después de varias semanas de su estancia en
Auswitchz-Birkenau se dio cuenta que en menos de un trimestre los alemanes
habían terminado con más de un millón trescientas mil personas.
Estos fueron los datos con los que se pudo encontrar:
Mayo 1944
360,000
Junio 1944
512,000
Del
1 al 26 de julio de 1944
442,000
1, 314,000
Tenían en Aushwitz-Birkenau un edificio que se llamaba
"Canadá" . Dentro de sus muros se almacenaban las ropas y demás
pertenecías quitadas a los deportados cuando llagaban a la estación, o cuando
se iban a duchar, o en el vestíbulo del crematorio.
Su trabajo estaba en la enfermería, durante algún tiempo tuvo que
trasladarse también los cadáveres del hospital. Por si esto fuera poco tenían
que limpiar los cuerpos, tarea horrible,
porque se trataba de nuestras antiguas pacientes; y además
¿Qué había que organizar?
le llevo bastante tiempo todavía componer el verdadero sentido de
"organización" De pronto lo entendí "Organizar" significaba
robare, se referían las mismas personas víctimas.
Sigue viviendo y contribuyendo a curar personas aunque
ella misma reconoce que muchas ya no tienen cura y tenían que esperar demasiado
tiempo para poder ser atendidos pero desgraciadamente tiempo después morían.
Paso tiempo, viviendo en las mismas miserias de siempre,
pero su única esperanza era la libertad. Al paso del tiempo un 17 de enero de
1945 aparecen tropas de la SS en el hospital, actuando de manera distinta a
como solían hacerlo, recogiendo instrumentos, papeles, esos papeles fueron
quemados pero ellas no sabían la razón y además sabían que no podían hacerse
tantas ilusiones después de todo lo vivido, pero todos los miembros de la SS
comienzan a des evacuar los campos de
concentración y las personas reaccionan haciendo señas a otras ya que pensaban
que era su liberación y así fue pero desgraciadamente demasiadas no resistieron
al largo camino recorrido, Olga y sus amigas resistieron y tuvieron la dichosa oportunidad
de llegar a una casa y recibir refugio de parte de los dueños, ellas lo tomaron como una bendición ya que
llevaban mucho tiempo en diferentes condiciones.
Por fin después de tanto tiempo es LIBRE, pero ella
después de haber pasado todo eso se pregunta si en verdad el ser humano es
bueno o es malo, antes se lo había preguntado pero dijo que era difícil llegar
a una conclusión y ahora es mucho más difícil responder eso, a lo que ella
quiere llegar después de todo su increíble relato es que jamás de los jamases
se vuelva repetir algo como eso, porque la gente no sabe lo que en verdad fue,
aunque muchos si lo sabían pero ellos no merecían ser llamados personas, por el
hecho de que teniendo recursos para ayudar y enterarse de lo ocurrido….Todo seguía
igual.
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